Las agruras son uno de los síntomas más comunes en los humanos y son ocasionadas por el reflujo del ácido contenido en el estómago hacia el esófago, que es el tubo por el cual pasa la comida que ingerimos.
Las agruras son las manifestaciones más frecuentes de la enfermedad por reflujo gastroesofágico que a su vez puede ser ocasionado por hernias esofágicas u otras condiciones que debilitan al esfínter gastroesofágico, el músculo que se cierra una vez que la comida ingresa al estómago.
Las agruras se perciben como un ardor y en ocasiones hasta dolor en el pecho que se presenta después de comer o cuando uno se acuesta al poco tiempo de haber cenado. En ocasiones, las agruras se acompañan de tos y dolor de garganta debido a que el contenido del estómago sube hasta la garganta irritando incluso las cuerdas vocales y produciendo ronquera.
En las personas que sufren de una debilidad del esfínter gastroesofágico, la acidez estomacal y las agruras suelen sobrevenir especialmente después de ingerir alimentos grasosos, ácidos o picantes y pueden aliviarse momentáneamente con la ingesta de leche, algo que no debe hacerse, ya que el alto contenido en grasas de la leche favorece el desarrollo de reflujo y agruras.
Para curar las agruras es necesario eliminar la causa mediante el fortalecimiento del esfínter gastroesofágico, algo que solo puede lograrse mediante cirugía. Sin embargo, antes de llegar a este punto, se puede tomar medicamentos para reducir la cantidad de ácido que produce el estómago. Para ello, los fármacos más efectivos hoy en día son los llamados inhibidores de la bomba de protones que reducen la producción de ácido por parte de las células estomacales, como el omeprazol y sus derivados.
Otras sustancias empleadas son los inhibidores de los receptores H2 de la histamina como la ranitidina.
Una persona que sufre de agruras debe evitar comidas grasosas, ácidas y muy condimentadas. Es recomendable que suba unos centímetros la cabecera de su cama y que procure no ingerir alimentos 3 horas antes de ir a la cama.
