Signos de alarma ante un dolor lumbar

El dolor lumbar se presenta habitualmente desde la segunda década de la vida hasta la vejez, con diferentes formas y diversas causas.

El dolor lumbar es la principal causa de discapacidad, especialmente en países de ingresos altos, la dificultad de brindar un diagnostico definitivo para la mayoría de las presentaciones del dolor lumbar ha dado lugar al termino “dolor lumbar inespecífico”, el cual suele considerarse benigno y puede ser facilmente manejable. Sin embargo, en algunos pacientes, el lumbago es la manifestación inicial de una patología más grave, como cáncer, fractura vertebral o el síndrome de la cola de caballo.
Muchas lesiones relacionadas con la espalda suceden en el trabajo, existen muchas cosas que usted puede hacer para reducir las probabilidades de sufrir dolor de espalda.

Por lo regular, sentirá primero el dolor de espalda justo después de alzar un objeto pesado, moverse repentinamente, sentarse en una posición durante mucho tiempo o tener una lesión o accidente. El lumbago agudo es causado frecuentemente por una lesión repentina en los músculos y los ligamentos que sostienen la espalda. El dolor puede ser causado por espasmos musculares o distensión o desgarro en músculos y ligamentos.

Las causas del lumbago agudo son:
Fracturas por compresión de la columna a causa de osteoporosis
Cáncer que compromete la médula espinal
Fractura de la médula espinal
Espasmo muscular (músculos muy tensos que permanecen contraídos)
Hernia de disco o disco roto
Ciática
Estenosis raquídea (estrechamiento del conducto raquídeo)
Curvaturas de la columna vertebral (como escoliosis o cifosis), las cuales pueden ser hereditarias y verse en niños o adolescentes
Distensión o desgarros de músculos o ligamentos que sostienen la espalda

Usted puede sentir una variedad de síntomas si se ha lastimado la espalda. Puede experimentar hormigueo o sensación de ardor, sensación de dolor sordo o dolor agudo. Según la causa y la gravedad, también puede tener debilidad en las piernas o los pies.

El lumbago puede variar ampliamente. El dolor puede ser leve o puede ser tan intenso que usted sea incapaz de moverse. Según la causa del dolor de espalda, también puede presentar dolor en la pierna, cadera o parte inferior del pie.
Cuando vaya al médico, el tratará de determinar la causa del dolor de espalda y si es probable que mejore rápidamente con medidas simples, como aplicaión de hielo, analgésicos suaves, fisioterapia y ejercicios apropiados. La mayoría de las veces, el dolor de espalda mejorará usando estos métodos.

La mayoría de las personas con dolor de espalda mejoran o se recuperan al cabo de 4 a 6 semanas.
A continuación algunos consejos sobre cómo manejar el dolor de espalda baja:
Suspenda la actividad física normal durante los primeros días, ésto lo ayudará a aliviar los síntomas y reducir cualquier inflamación en el área de dolor. Aplique calor o hielo al área del dolor. Un buen método es usar hielo durante las primeras 48 a 72 horas y luego usar calor.
Tome analgésicos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol.
Mientras esté durmiendo, trate de acostarse en una posición fetal acurrucado con una almohada entre las piernas. Si por lo regular duerme boca arriba, ponga una almohada o toalla enrollada bajo las rodillas para aliviar la presión.

Empiece con entrenamiento aeróbico ligero. Caminar, montar en bicicleta estática y nadar son magníficos ejemplos. Dichas actividades aeróbicas pueden ayudar a que la sangre fluya hasta la espalda y a estimular la curación. También fortalecen los músculos del estómago y la espalda.
Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento son importantes; sin embargo, empezarlos demasiado pronto después una lesión puede hacer que el dolor empeore. Un fisioterapeuta lo puede ayudar a determinar cuándo empezar dichos ejercicios de estiramiento y fortalecimiento y cómo hacerlos.
Muchas personas se benefician de la fisioterapia. El médico determinará si uno necesita ver a un fisioterapeuta.
Si el dolor dura más de un mes, el médico debe remitirlo a un ortopedista, o a un neurólogo.

Si usted presenta: Dolor de espalda después de un golpe o caída fuerte. Ardor con la micción o sangre en la orina. Si en su familia existen antecedentes de cáncer. Pérdida del control de esfínteres (incontinencia). Dolor que baja por las piernas más allá de la rodilla. Dolor que empeora cuando usted se acuesta o que lo despierta por la noche. Enrojecimiento o hinchazón en la espalda o la columna vertebral. Dolor intenso que no le permite estar cómodo. Fiebre inexplicable con dolor de espalda. Debilidad o entumecimiento en las nalgas, los muslos, las piernas o la pelvis.

La fractura vertebral y el cáncer son las patologías más graves que afectan a la columna vertebral, del 1% al 4% de los pacientes con lumbago agudo que consutan al médico, tendrán como diagnóstico fractura vertebral, y menos del 1%, el de cáncer primitivo o metastásico. Para la evaluación clínica y el manejo de los pacientes es importante identificar las patologías graves, particularmente el cáncer. Por ejemplo, la detección precoz del cáncer vertebral podría prevenir la diseminación metastásica. La identificación de la fractura vertebral evitará la prescripción de un tratamiento como la terapia manual así como el inicio de estudios más avanzados y el tratamiento de la condición subyacente (por ej., osteoporosis). A pesar de las consecuencias de la falta de diagnóstico de estas patologías graves, su baja prevalencia no justifica la realización de pruebas auxiliares en pacientes que se presentan con dolor lumbar. Por esta razón, es muy importante contar con herramientas de detección precisas para apoyar las decisiones clínicas acerca de cuándo se deben realizar otras investigaciones en el paciente.

La precisión diagnóstica de los signos de alarma para fracturas y tumores malignos vertebrales son: edad avanzada, uso prolongado de corticoides, traumatismos graves y la presencia de una contusión o abrasión; estos signos aumentan la probabilidad de fractura.

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