VIH – SIDA

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es un padecimiento mortal ocasionado por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) que ataca al sistema inmunológico, alterando su capacidad para defender al organismo

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA, es un padecimiento mortal ocasionado por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) que ataca al sistema inmunológico, alterando su capacidad para defender al organismo de otros virus, bacterias y hongos.

Generalmente el paciente infectado con el VIH no presenta síntomas hasta que su sistema inmunológico está seriamente afectado. Es entonces que desarrolla la enfermedad, el SIDA en la que cualquier infección resulta mortal.

Descubierto en los años 80, este virus hoy está considerado como el principal problema de salud a nivel mundial. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, actualmente hay 35 millones de personas  infectadas en el mundo.

.Las estadísticas más recientes del CENSIDA reportan 220 mil casos registrados de VIH y 135 mil de SIDA.

El origen de esta enfermedad es un virus, que se transmite de persona a persona a través de las siguientes vías:

* Sexual, puede ser de hombre a mujer o viceversa o entre personas del mismo sexo. Esto puede ocurrir en cualquier tipo de contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral.

* Por vía sanguínea, al compartir agujas hipodérmicas, como ocurre con los adictos a la heroína.

* De madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.

En importante aclarar que el VIH no se contagia por saludar de mano, dar un abrazo o practicar algún deporte con un paciente infectado, tampoco se puede contagiar por el piquete de moscos.

Cuando un paciente te contagia de VIH, puede permanecer asintomático por 10 o más años. No obstante existen casos en que pueden desarrollar pequeñas molestias como fiebre, erupción cutánea, irritación de garganta e inflamación de ganglios linfáticos.

Cuando ya se ha desarrollado el SIDA, pueden aparecer síntomas como diarrea crónica, fatiga persistente e inexplicable e inflamación de ganglios.

Para diagnosticar si existe un contagio de VIH, se recomienda someterse a la llamada “Prueba de Elisa”, que es un estudio de sangre que determina la presencia de anticuerpos que genera el organismo contra el virus del VIH. Esta prueba debe confirmarse con una segunda prueba denominada Western Blot.

De no recibir atención médica oportuna , el paciente infectado con el VIH desarrollará la enfermedad del SIDA, caracterizada por la debilidad del sistema inmunológico que facilita todo tipo de infecciones que en este caso, son mortales.

Desde 1997 existe un tratamiento efectivo, mediante el uso de 3 fármacos altamente especializados que deben tomarse de manera simultánea y que de seguirse de manera disciplinada permiten a los pacientes desarrollar una vida practicamente normal.

Sin embargo, de no seguirse de manera rigurosa los días y horarios del tratamiento, el virus desarrolla resistencia y ya no puede ser controlado.

Pese a que los científicos estudian desde hace años la posibilidad de crear una vacuna, hasta hoy no se han logrado avances, pues el virus experimenta cambios genéticos al momento de replicarse.

Por ello lo mejor es la prevención en la conducta sexual, mediante el uso adecuado del condón y evitar las prácticas de riesgo, así como emplear agujas y materiales desechables en actividades relacionadas con la sangre.

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