Sensación de vacío y cómo contrarrestarla

La sensación de vacío no es causada por condiciones externas y en nosotros mismo se encuentra la solución.

¿Te ocurre seguido que te sientes vacío en tu interior? ¿Crees que otras personas deberían llenar ese hueco que hay dentro de ti? Descubre las verdaderas causas del vacío interior y aprende a contrarrestarlo.

Muchas son las personas que se sienten vacías y la mayoría tiene creencias completamente falsas sobre el origen de dicha sensación. A continuación enlisto algunas de estas falsas creencias: Mi pareja no me ama lo suficiente y no me presta la atención que requiero, no tengo pareja, mi trabajo no me resulta satisfactorio, no soy lo suficientemente exitoso/a, no tengo suficiente dinero, no tengo con quien salir los fines de semana, no obtengo suficiente afecto de amigos y familiares, no tengo suficiente sexo. Resulta que ninguna de estas situaciones es una causa real de vacío interno.

Y ¿que es lo que generalmente hacemos para tratar de llenar ese vacío?

Ingerimos sustancias como comida, dulces, alcohol, cigarros o drogas, nos aferramos a actividades como ver la televisión, navegar por internet, tener sexo, jugar con la computadora, salir de compras, jugar juegos de azar, hablar por teléfono o mandar correos electrónicos. Tratamos de llamar la atención de otros siendo amables o por el contrario reclamándoles.

Hay muchas sustancias, comportamientos o actividades que las personas hacen en forma adictiva para tratar de llenar ese vacío interno y esto puede funcionar momentáneamente, pero no por mucho tiempo. Muy pronto, la sensación de vacío regresa y nuevamente uno comienza la búsqueda de alguna actividad para llenarla.

El problema es que con estos comportamientos solo se logra tratar en forma paliativa el vacío interno pero no se elimina la causa.

Los expertos consideran que existe una sola forma de llenar el vacío interno y es el amor y que la única causa que origina la sensación de vacío interno es la falta de amor. Pero no se trata de la falta de amor procedente de otra persona lo que ocasiona la sensación de vacío, sino la falta de amor por uno mismo, el auto-abandono.

El vacío interno proviene de la ausencia de conexión entre nuestra fuente de amor espiritual  (para algunos puede ser Dios y para otros alguna fuente de paz y armonía) y emplearla en nuestro beneficio propio.

Al auto-juzgarnos, al ignorar nuestros sentimientos y anularlos mediante sustancias o procesos adictivos y haciendo responsables a otros de nuestros sentimientos, siempre estaremos vacíos. Los expertos en la materia consideran que nosotros mismos somos los responsables de nuestro propio vacío al auto-abandonarnos.

Nuestro ego lastimado suele estar repleto de falsas creencias con respecto a quienes somos. Nos hace considerarnos inadecuados, no merecedores de amor, no lo suficientemente buenos, no importantes, egoístas, equivocados y malos en general. Nuestro ego lastimado opera en nuestra contra para hacernos sentir que estamos intrínsecamente derrotados.

Si bien estas creencias están programadas en nuestro cerebro, no tienen una base real, pero son capaces de dominar nuestra vida.

Cuando uno no se siente lo suficientemente bueno, tiende a buscar la aprobación de los demás o a tener una adicción para sentirse mejor, con la finalidad de llenar esa sensación de vacío ocasionada por auto-juzgarnos y auto-abandonarnos.

Para llenar nuestro vacío interno tenemos que aprender a querernos. La realidad de quienes somos se encuentra en nosotros mismos y en nuestra fuente de espiritualidad, cualquiera que ésta sea. Cuando nos abrimos a aprender con una guía superior acerca de la realidad de quienes somos y lo que verdaderamente significa la acción de amarnos a nosotros mismos y al prójimo, permitimos el ingreso de ese amor que llenará la sensación de vacío interno.

Esto se puede lograr centrando nuestra atención en nosotros mismos y en los sentimientos positivos que podemos ofrecer a los demás. Hay que dejar a un lado las conductas defensivas que buscan alejarnos del dolor o evadir la responsabilidad. Debemos atender nuestras necesidades espirituales, llenarnos de ese amor hacia nosotros mismos y lograr proyectarlo hacia quienes nos rodean sin juzgarlos ni reprenderlos.


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