Psicología del Cisne Negro

El Cisne Negro personifica la lucha interna que muchas personas tienen entre lo que quieren y lo que consideran que «deben» hacer.

Las madres dominantes y manipuladoras llegan a ser castrantes. Esto puede tener efectos devastadores en la psique de sus hijas e hijos. De ahí la relevancia de la psicología del cisne negro.

El thriller de orígen estadounidense «El Cisne Negro» que llevó a Natalie Portman a ganar el Oscar a la Mejor Actriz presenta a una bailarina cuya madre deseaba verse proyectada en la vida de su hija.

En una de las primeras escenas, la madre de Nina,la bailarina, le da una toronja para el desayuno. Supuestamente para que se mantenga delgada como debe ser el cuerpo de una bailarina. Esta toronja representa de alguna manera los introyectos, que son aquellas cosas que desde pequeños nos enseñan a través de la educación de la familia y todo el entorno en el cual nos desarrollamos. Representa el «tener que» y el «quiero».

Esta  madre que es una bailarina frustrada y que quiere que su hija realice el sueño que ella no pudo lograr: llegar a ser alguien importante dentro del ballet. Pero como la madre es dominante y controladora, no ha permitido a su única hija madurar ni ser responsable de si misma.

LUIS MAURER, Terapeuta en Gestalt e hipnosis ericksoniana nos explica: “La madre la tiene completamente dominada, en todos los aspectos de su vida. Inclusive sexualmente, ella es una niña chiquita. La madre no esta realmente ahí físicamente, sino que esta dentro de la cabeza de Nina. Eso son los “Introyectos»: que es lo que no se debe hacer, lo que no esta bien».

Nina para la obra, debe interpretar el cisne blanco que es la parte dulce y amorosa, y el cisne negro que representa la pasión y la entrega pero no puede hacerlo. De hecho después de un encuentro con el director de escena, ella llega a su casa y tira los peluches que tiene en su cuarto,como desprendiéndose de su infancia.

Debido a que la madre la ha tenido muy frenada o muy castrada y ya quiere empezar a decidir lo que quiere hacer en su vida, se toma la libertad de irse de fiesta y empezar a emanciparse.

En varias partes se nota que el personaje esta representado por un cisne blanco y otro negro que en realidad son una misma persona. El Dr. Maurer explica: “Es la  lucha de las dos partes que todos tenemos dentro. Es muy humano. Aunado a los introyectos, nos vamos con la finta de que es lo que tenemos que hacer y lo que se espera de nosotros». “El cisne negro y el cisne blanco son las dos partes de ella misma en conflicto. Ella nunca mata en realidad a nadie, y menos a la otra chica. Ella mata a una parte de ella misma. A eso se le llama: “Ajuste creativo” y está magistralmente representado por la muerte de ella. Ella si muere físicamente en la película por que así mata al cisne blanco».

En la terapia Gestalt es muy común ver esta lucha de partes: una se llama: cabeza y es la que piensa… y la otra es el corazón,que es la  que siente y hay trabajos que se hacen con los pacientes en los que una persona se sienta en un sillón y expresa lo que piensa, sin que  nadie la juzgue y  luego se cambia de sillón y expresa lo que siente sin que la juzguen tampoco. Y luego se establece un dialogo entre ellas y se llega a un acuerdo: tomando lo bueno de la cabeza y del corazón.

«El Cisne Negro» no es solo una historia sobre ballet; es una exploración profunda de los efectos psicológicos de una crianza dominante y manipuladora. La psicología del cisne negro revela que el trastorno de identidad disociativo, TID, de Nina es respuesta a un trauma prolongado y a la presión de cumplir con expectativas irreales.

Investigación y realización: Marcia Brambila

Si tienen dudas pueden escribirle a: LUIS MAURER  a: iker17@yahoo.com

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