Modalidad de parto en agua

El agua caliente sirve para tener más libertad de movimientos y como un analgésico natural; el calor relaja los músculos del piso pelvico y reduce la producción de adrenalina

Ejecutado correctamente y con las precauciones necesarias, el parto en el agua tiene muchos beneficios, como la reducción en el número de desgarres y episiotomías, y sus efectos relajantes en la madre; pero no está exento de riesgos. Estas son las principales ventajas y desventajas de un parto en agua, que día a día ha cobrado más popularidad.

Ventajas
Los nacimientos bajo el agua presentan menos desgarres en el periné (el área entre la vagina y el ano) y episiotomías (incisiones o cortes del periné). Esto se debe a que la piel y los tejidos se estiran con más facilidad en el agua.

El agua tibia ayuda a aliviar el dolor y a relajar, esto reduce la necesidad de medicamentos y anestesia, al estar relajada, también es más fácil controlar la respiración.

El agua aliviana el cuerpo (y todas esas libras de más que cargas en el embarazo). De esta forma es más fácil moverse y cambiar de posición, la posición utilizada con mayor frecuencia en partos bajo el agua es “de cuclillas”, lo que facilita la apertura del canal vaginal. Además, la madre y el bebé cuentan con la ayuda de la fuerza de gravedad para facilitar el nacimiento, y al estar bajo el agua, no hay riesgo de que el bebé se caiga o golpee.

El agua tibia es un ambiente similar al que albergó al bebé durante los nueve meses. En teoría, esto facilita su transición hacia el mundo exterior.

Aún cuando la mayoría del cuerpo se encuentra bajo el agua, usted podrá recibir medicamentos o anestesia por vía intravenosa.

Una vez sumergida en el agua ya no se queda tan expuesta, lo que da una sensación de privacidad.

Riesgos y desventajas
Los riesgos y complicaciones en un parto en el agua parecieran ser escasos y poco frecuentes.

Estos son los principales riesgos documentados:

Riesgo de infección, debido a la fuerza que se utiliza para pujar, en muchas ocasiones evacuan sus intestinos durante la labor de parto. En los partos “secos” esto no afecta el nacimiento. En el agua, en cambio, la contaminación es inevitable, lo que incrementa el riesgo de infección.

Ruptura del cordón umbilical. En algunos casos el cordón umbilical se rompe, causando hemorragia. De ser así, el bebé puede requerir una transfusión de sangre.

El bebé puede intentar respirar cuando aún está en el agua, el riesgo de que esto suceda es bajo, puesto que los reflejos del bebé lo llevan a respirar solo cuando entra en contacto con el aire. Un estudio citado por el Colegio Profesional Real de Obstetricia y Ginecología del Reino Unido, reporta un caso de ahogamiento por inhalación de agua durante un parto de este tipo.

Desaceleración de la labor de parto. Entrar al agua muy temprano puede causar que te relajes demasiado y retrases la labor de parto. Procura esperar a los cinco centímetros de dilatación antes de ingresar.

Dificultad para monitoreo fetal. La mayoría de instrumentos utilizados para el monitoreo fetal no son impermeables. Para verificar el bienestar del bebé a lo largo de la labor de parto es probable que debas salir de la bañera o piscina de parto, es muy importante saber si su centro médico o su especialista tiene monitores Doppler para uso bajo el agua.

Cualquier señal de complicación, como sangrados excesivos, estancamiento en la labor de parto o sufrimiento fetal, requiere que salga de la tina del nacimiento.

Fuente: Royal College of Obstetricians and Gynaecologists

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