Los ataques de asma en Otoño son más frecuentes

Para la mayoría de los alérgicos, el descenso de la temperatura del otoño es un fenómeno que dispara un molesto abanico de síntomas

Los niños con asma están en mayor riesgo de ataques en otoño debido a las esporas aéreas de ambrosía y moho, además de la gripe y otras infecciones de la temporada.

Esos ataques se ven marcados por la inflamación, la hinchazón y el apretamiento de las vías respiratorias, que resultan en sibilancia, tos y dificultades para respirar. Pero afortunadamente, es posible evitar estos ataques, según expertos del Centro Pediátrico Johns Hopkins.

Cada año se ve un aumento predecible en las consultas de los pacientes por exacerbaciones del asma en otoño e invierno, pero muchas de esas consultas se podrían evitar con facilidad mediante una sencilla prevención, asegura el Dr. Robert Wood, director de alergia e inmunología del Centro Pediátrico Johns Hopkins.

Casi 6.3 millones de niños tienen asma en EUA, lo que hace que sea la enfermedad infantil crónica más común. Sin embargo, los expertos del Hopkins señalaron que tres pasos claves pueden ayudar a prevenir los ataques en los niños:

•Vacunarse contra la gripe. La gripe y otras infecciones respiratorias pueden provocar complicaciones graves en los niños con asma y otras afecciones crónicas. La vacuna contra la gripe puede prevenir infecciones y minimizar las complicaciones del virus.
•Evitar los desencadenantes del asma. La mejor forma de evitar los ataques de asma es evitar lo que los desencadena, que incluye alérgenos aéreos, alérgenos de cucarachas y ratones, el smog industrial, las sustancias químicas usadas en casa y las infecciones bacterianas o virales.
•Usar los fármacos de control con regularidad. Los niños que experimentan síntomas de asma dos o más veces por semana se benefician del uso regular de medicamentos de control, que eliminan la inflamación de las vías respiratorias y previenen los ataques.
En verano, muchos pacientes tienen menos síntomas de asma y reducen sus medicamentos de control, pero en la mayoría de los niños los síntomas regresan con el cambio de estación, así que volver al régimen regular de fármacos es esencial.

Fuente: Centro Pediátrico Johns Hopkins.

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