Lo nuevo «drogas auditivas»

Las drogas auditivas se basan en archivos de sonido descargables de internet que, al ser escuchados, estimulan ciertas partes del cerebro.

I-Doser es un software que permite experimentar las sensaciones que produce tomar todo tipo de drogas, o al menos algo similar, mediante métodos auditivos. I-Doser ofrece una aplicación y una serie de CDs que incluyen una serie de pistas que, dependiendo de su ritmo y duración, simularán los efectos de una droga.

El funcionamiento es sencillo: El usuario selecciona una pista, dependiendo de los efectos que desee experimentar y, utilizando auriculares, escucha la música. Según el fabricante, la audición logra sincronizar las ondas cerebrales de quien lo escucha, recreando de forma segura para el organismo los efectos de la droga.

La lista de sustancias que emula I-Doser incluye marihuana, peyote, opio y cocaína. La duración de los efectos depende de la persona, pero para maximizarla, recomiendan relajación y, preferentemente, escuchar las pistas con los ojos cerrados.

Se llama pulso binaural al estímulo que genera el cerebro como ilusión auditiva al escuchar simultáneamente dos pulsos, uno en cada oído, cuyas frecuencias difieren en menos de 30 Hz. Argumentan «los vendedores de las drogas digitales» que los pulsos binaurales pueden alterar las ondas cerebrales. Esto podría ser verdad en el sentido trivial de que la actividad cerebral, al experimentar un estímulo sensorial, altera las ondas cerebrales, pero sólo como parte del funcionamiento normal del cerebro, puntualiza el Dr. Steven Novella, neurólogo de la Universidad de Yale, quien recuerda que no hay ningún estudio científico que apoye el potencial alucinógeno de estos tonos. Es una forma de jugar con la percepción auditiva. Es un sonido claro e interesante, pero no tiene absolutamente ningún efecto en tu percepción del placer o ninguna otra sensación, coincide el otorrinolaringólogo Brian Fligor, del Hospital Infantil de Boston en USA.


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