Las mujeres saben perdonar más.

Las mujeres tienen más capacidad empática que los varones.

Un estudio de la Universidad del País Vasco ha analizado por primera vez  los cambios emocionales que surgen entre sexos y generaciones a la hora de perdonar. Según la investigación, los padres perdonan más que sus hijos. Entre sexos, las mujeres muestran más predisposición

Este trabajo tiene una gran aplicación para educar en valores porque nos enseña qué razones tenemos para perdonar hombres y mujeres, y cómo se conceptualiza a nivel popular el perdón, comenta la Psicologa Maite Garaigordobil, coautora del estudio y catedrática de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco.

El análisis, publicado en la Revista Latinoamericana de Psicología, demuestra que los padres perdonan con más facilidad que sus hijos. Sin embargo, las mujeres saben perdonar más que los hombres.

Una variable decisiva en la capacidad de perdonar es la empatía, y las mujeres tienen más capacidad empática que los varones, señala Carmen Maganto, coautora del estudio y profesora  en la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco.  Los resultados muestran diferencias en función de la edad y del sexo sobre las razones que facilitan el perdón.

Los hijos consideran que las cosas se perdonan con el paso del tiempo, pero los padres aluden a razones como el arrepentimiento y el perdón de la otra parte así como la justicia por medio de la ley.  Según las autoras de este estudio, los padres que más han perdonado a lo largo de su vida, han incrementado su capacidad de perdón “en todas las dimensiones”. En la definición del perdón, padres e hijos tienen concepciones similares. Falta de rencor, reconciliación y comprensión-empatía son los términos que mejor identifican el perdón para ambos grupos.

Sin embargo, hombres y mujeres presentan más diferencias. Para ambos la falta de rencor es lo que mejor define el perdón. Pero los varones dan una importancia mayor a esta característica. El estudio, que se realizó con la colaboración de 140 participantes (padres e hijos con edades de entre 45 y 60 años, y 17 y 25 años, respectivamente), recalca dos condiciones claves para que se dé el perdón: el ofensor tiene que mostrar arrepentimiento y el ofendido no guardar rencor.

El ámbito familiar es el lugar clave en la transmisión de valores éticos. Este resultado es especialmente interesante en un momento en el que la familia está en crisis y no se espera de ella una educación básica en valores. Esta educación es traspasada en gran medida a la escuela.

La investigación abre muchas cuestiones nuevas, donde será necesario encontrar el papel que juega el perdón en los tratamientos psicológicos, especialmente en víctimas de abuso sexual, maltrato físico y psicológico o infidelidades conyugales, entre otras situaciones.


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