Las fresas fortalecen los glóbulos rojos

Los antioxidantes son sustancias que pueden proteger las células de los efectos de los radicales libres. Los radicales libres son moléculas producidas cuando el cuerpo degrada los alimentos o por la exposición ambiental al humo del tabaco y la radiación

Los análisis, realizados por investigadores italianos y españoles, revelan que las fresas fortalecen a los glóbulos rojos frente al estrés oxidativo, un desequilibrio relacionado con diversas enfermedades.

Hasta ahora los científicos han tratado de confirmar la capacidad antioxidante de las fresas mediante experimentos in vitro en el laboratorio. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de la Marche, en Italia y de la Universidad de Granada lo han demostrado ‘en vivo’ con personas, según publican en la revista Food Chemistry.

Los científicos han suministrado a 12 voluntarios sanos 500 gramos diarios de fresas (de la variedad ‘Sveva’) a lo largo de cada jornada. Durante 16 días se han tomado muestras de sangre: a los 4, 8, 12 y 16 días, y un mes más tarde. Los resultados revelan que el consumo regular de esta fruta puede mejorar la capacidad antioxidante del plasma sanguíneo y la resistencia de los glóbulos rojos a su hemolisis (fragmentación) oxidativa.

Se ha averiguado que algunas variedades de fresas aportan mayor resistencia de los eritrocitos frente al estrés oxidativo, lo que puede ser de gran valor si se considera que este fenómeno desencadena graves patologías, destaca el Dr.  Maurizio Battino,Universidad Politécnica de la Marche, quien encabezó el estudio. El equipo analiza las variaciones cuando se ingiere menos cantidad de fresas (el consumo habitual suele ser una copa al día con 150 o 200 g). Lo importante es que formen parte de una dieta sana y equilibrada, dentro de las cinco raciones diarias de frutas y verduras.

En el laboratorio también se están analizando diferentes variedades de fresas, ya que cada una tiene su propias cantidades y proporciones de antioxidantes, explica el Dr. José Luis Quiles,  investigador de la Universidad de Granada.

El organismo cuenta con un amplio arsenal de mecanismos antioxidantes, que actúan a diversos niveles y son de diversa naturaleza. Pueden ser herramientas celulares que reparan el material genético cuando es oxidado, o moléculas fabricadas por nuestro organismo o ingeridas a través de la dieta que neutralizan los radicales libres. Las fresas presentan gran cantidad de compuestos fenólicos, como los flavonoides, que actúan como estos antioxidantes.

Estas sustancias disminuyen el estrés oxidativo, un desequilibrio que se produce en algunas situaciones patológicas (como la enfermedad cadiovascular, cáncer o diabetes) y fisiológicas (nacimiento, envejecimiento, ejercicio físico) entre la agresión que producen especies reactivas del oxigeno, los radicales libres, en particular y las defensas antioxidantes del organismo.

Cuando la oxidación supera a la defensa antioxidante se produce el estrés oxidativo, que, además de estar en el origen de ciertas enfermedades, también está implicado en fenómenos como la velocidad a la que podemos envejecer.


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