La primera impresión realmente cuenta

La primera impresión es tan importante que no existe una segunda para remediarla

La primera impresión realmente cuenta, esa imagen que se obtiene de una persona persiste en el tiempo, de manera que una nueva experiencia que contradice a esta idea original permanece atada al contexto donde sucedió. En todos los otros contextos perdura esa primera impresión, concluyó una nueva investigación.

Por ejemplo, llega al trabajo un nuevo colega y da una primera impresión desfavorable. Unas semanas después al ver a esta persona en una fiesta se observa que en realidad es muy agradable. Aunque un individuo sea consciente de que esta primera impresión fue errónea, la respuesta visceral al colega será influenciada por la experiencia positiva solo en contextos similares al de la fiesta. La primera impresión dominará en todos los otros contextos, comenta  Bertram Gawronski, de la Universidad de Western Ontario (Canadá).

Los autores, que publicaron sus conclusiones en la revista Journal of Experimental Psychology, mostraron a los voluntarios información negativa o positiva de una persona que desconocían. Posteriormente, cada participante observó nuevos datos que transmitían una imagen completamente diferente del mismo individuo. Estas dos series de datos se mostraron en un monitor pero, para cambiar el contexto, Gawronski cambió el color de fondo.

El especialista notó que la nueva información solo tuvo influencia en los voluntarios cuando aparecía con el mismo color de fondo. Cuando estos mismos datos surgían con el color usado para transmitir la impresión original, entonces la primera imagen era la más importante aunque fuera contradictoria con la segunda experiencia.

Gawronski concluyó que el cerebro guarda las experiencias contradictorias como excepciones a la regla, de manera que la primera imagen es válida excepto en el contexto donde fue contradicha.

Para desafiar la primera impresión es necesario que la contradicción ocurra en muchos contextos diferentes. En ese caso, las nuevas experiencias se descontextualizan y la primera impresión lentamente perderá su poder. Pero si la primera impresión solo es desafiada en el mismo contexto, no hay nada que hacer. La primera impresión dominará sin importar con cuanta frecuencia sea contradicha por nuevas experiencias.


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