Intolerancia química a los productos de limpeza hogareños

Muchas víctimas del síndrome químico múltiple pueden remontar el comienzo de su enfermedad a una exposición aguda a los productos químicos altamente tóxicos

Un porcentaje considerable de pacientes es especialmente sensible a las sustancias químicas de los productos de limpieza hogareños, los perfumes y otros elementos de uso cotidiano.

El nuevo estudio dirigido por el Dr. David A. Katerndahl, del Centro de Ciencias de la Salud de la University of Texas, en EUA, los autores evaluaron a los pacientes para detectar síntomas de «intolerancia química» o sensibilidad química múltiple, cuyo diagnóstico es controvertido y no existe un consenso sobre cuál sería la causa o hasta si habría que considerarlo un trastorno.

Existe un cuestionario estandarizado utilizado en algunos estudios y consultorios, a través del cual se indaga si la persona se siente mal ante distintos olores y sustancias, como la nafta, la pintura, los perfumes, productos de limpieza o insecticidas, y cuán graves son los síntomas.

Al aplicar ese cuestionario, el equipo halló que el 20%  de los 400 pacientes evaluados reunían los criterios clínicos que definen la intolerancia química.

Los resultados dan una idea de la prevalencia de esos síntomas, según la opinión Dr. David A. Katerndahl, del Centro de Ciencias de la Salud de la University of Texas, en San Antonio.

El Dr. Katerndahl explica que, en teoría, las personas propensas a desarrollar esta intolerancia a menudo trabajan expuestas a sustancias químicas, la intolerancia química como diagnóstico es controvertida, algunos médicos nunca creerán que existe, sin embargo está aumentando la aceptación entre los médicos de atención primaria y estos resultados confirman lo que muchos sospechaban: que la intolerancia química a menudo acompaña los trastornos mentales.

El 85% de los pacientes con intolerancia química había tenido síntomas de depresión grave el mes anterior y un 78%  había presentado síntomas del trastorno de ansiedad, comparado, respectivamente, con el 33 y el 21%  del grupo sin la intolerancia.

Desconocemos la causa de esa relación, comenta el Dr. Katerndahl que considera posible que algunas personas sean naturalmente vulnerables a los trastornos mentales y a la intolerancia química.

O que desarrollen depresión o ansiedad debido a los síntomas de la intolerancia (dolor de cabeza, mareo, malestar estomacal o problemas para respirar).

Fuente: Annals of Family Medicine

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