Inmunoterapia sublingual para alergia a la leche

Prácticamente todos los alimentos pueden producir síntomas alérgicos, la frecuencia de sensibilización depende del poder alergizante del alimento y a su vez de la frecuencia de su consumo

La inmunoterapia sublingual y oral brindó beneficios a los niños con alergia a la leche de vaca porque pudieron consumir mucha más leche sin síntomas al final del estudio, comenta la Dra. Corinne A. Keet, de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins University, en Baltimore, EUA.

La inmunoterapia oral, con dosis más altas, fue más efectiva

El equipo, utilizó al azar en 30 niños con alergia a la leche de vaca inmunoterapia sublingual solamente o inmunoterapia sublingual seguida de inmunoterapia oral.

Todos los niños comenzaron con la terapia sublingual, con un aumento de las dosis en seis semanas. Luego, al azar, recibieron una terapia sublingual de mantenimiento (dosis meta de 7 mg) o una de dos dosis de terapia oral de mantenimiento (dosis meta de 1 y 2 g).

Los períodos de mantenimiento duraron 60 semanas cada uno, el umbral promedio del desafío alimentario aumentó 40 veces en el grupo tratado con la inmunoterapia sublingual; 159 veces en el grupo tratado con la inmunoterapia oral de 1 g, y 54 veces en los niños tratados con 2 g.

En el 60 % del grupo tratado con inmunoterapia sublingual y el 90 % de los dos grupos tratados con inmunoterapia oral, el umbral del desafío alimentario creció por lo menos 10 veces.

Cuando se les retiró la inmunoterapia, dos niños del grupo tratado con 1 g de inmunoterapia oral reaccionó al desafío a la semana. Un niño de ese mismo grupo y tres del grupo tratado con 2 g de inmunoterapia oral no superaron el desafío después de seis semanas sin la terapia.

Un resultado que sorprendió fue la rapidez con la que los niños perdieron la desensibilización.

Al final del estudio, uno de los 10 niños tratados con inmunoterapia sublingual; tres de los 10 tratados con 1 g de inmunoterapia oral, y cinco de los 10 tratados con 2 g de la terapia oral toleraban la leche.

Se registraron síntomas con el 29 % de las dosis sublinguales y con el 23 % de las dosis orales. Los niveles de IgG4 específicos de la leche de vaca aumentaron y se mantuvieron elevados en los tres grupos y la reacción a la prueba cutánea de hipersensibilidad a la leche de vaca disminuyó y se mantuvo por debajo de los valores iniciales en todos los grupos.

Una alternativa que atrajo atención recientemente es el uso de leche en alimentos horneados para lograr la desensibilización.

Fuente: Journal of Allergy and Clinical Immunology

Deja un comentario