Importante evaluar el rendimiento físico

El nivel de aptitud física puede predecir el deterioro funcional y el riesgo de discapacidad y dependencia futuras


Una prueba de velocidad al caminar y una Batería Breve de Rendimiento Físico anticipa de manera confiable futuros problemas de movilidad o para realizar las actividades cotidianas, según un nuevo estudio realizado por la Dra. Sari Stenholm, del Departamento of Salud Pública de la Universidad de Turku, Finlandia.

El rendimiento de las extremidades inferiores es un poderoso predictor de discapacidad futura, los resultados del estudio se publicaron en la revista Journal of Gerontology.

No importa cuán bueno o malo haya sido el rendimiento físico de una persona, sino cuál es su nivel de aptitud física actual para predecir su deterioro funcional y el riesgo de discapacidad y dependencia futuras.
La Dra. Stenholm realizó junto a su equipo de investigadores el estudio InCHIANTI sobre los factores que favorecen la pérdida de movilidad en la tercera edad en dos ciudades de Italia. Los autores estudiaron a una muestra al azar de residentes mayores de 65 años sin discapacidades para realizar las actividades diarias al inicio del estudio y a los tres años.

El equipo evaluó la velocidad al caminar y realizó la Batería Breve de Rendimiento Físico al comienzo del estudio (tiempo cero) y a los tres años. Luego, aplicó una regresión para determinar la asociación entre el rendimiento físico, la movilidad y la discapacidad para realizar las actividades diarias a los seis y nueve años de seguimiento.

De las 1.155 personas que accedieron a participar, 977 realizaron las pruebas al inicio y a los tres años, para evaluar la velocidad al caminar, debían recorrer un corredor de cuatro metros de largo como si estuvieran caminando en la calle. Podían utilizar un bastón u otra asistencia si así lo necesitaban.

La Batería Breve de Rendimiento Físico incluyó tres pruebas de rendimiento de las piernas: recorrer dos veces el corredor de cuatro metros a la velocidad normal, pararse de una silla y volverse a sentar lo más rápido posible cinco veces y con los brazos cruzados a la altura del pecho, y permanecer parado en tres posiciones cada vez más difíciles.

El resultado de ambas pruebas en el tiempo cero anticipó los problemas de movilidad a los tres y seis años, sin importar la edad, el sexo, la educación, el estilo de vida, las enfermedades crónicas y los valores de la velocidad al caminar y la Batería Breve de Rendimiento Físico tres años antes.

A los seis años, el equipo había perdido al 22% de los participantes. Eran los participantes de mayor edad, más sedentarios y con mayor incidencia de hipertensión, enfermedad coronaria, enfermedad arterial periférica, osteoartritis de rodilla y depresión.

Además, caminaban más lentamente y habían obtenido resultados de la Batería Breve de Rendimiento Físico más bajos que los que permanecieron en el estudio.

Evaluar el rendimiento es fácil, económico y muy informativo. Aunque muchos médicos son escépticos al principio, cuando adoptan esta práctica no la abandonan, eso no quiere decir que no tengamos que monitorear el rendimiento físico de los adultos mayores. Al contrario: necesitamos hacerlo con regularidad para detectar tempranamente posibles signos de deterioro.

Fuente: Journal of Gerontology

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