Estrictas recomendaciones para transfusiones de glóbulos rojos

La transfusión de sangre es la transferencia de sangre o de un componente sanguíneo de una persona (donante) a otra (receptor)

Con el objetivo de reducir las transfusiones innecesarias de glóbulos rojos, la Asociación Americana de Bancos de Sangre emitió nuevas recomendaciones que elevan el umbral según el cual se debe considerar que los pacientes necesitan sangre fresca.

Las directrices buscan clarificar el nivel al cual el conteo de glóbulos rojos de un paciente se puede considerar como peligrosamente bajo, ameritando así una transfusión.

El nivel de conteo de glóbulos rojos de un individuo o umbral de hemoglobina se considera sano cuando registra entre 12 a 14 gramos por decilitro, eso no ha cambiado.

Sin embargo, los médicos a veces consideraban que los pacientes con un umbral de hemoglobina de 9 o 10 tenían suficiente anemia para ameritar una transfusión.

Pero tras una revisión extensiva de las últimas investigaciones, la asociación decidió que esa política de transfusiones no ofrecía beneficios protectores adicionales para la salud del paciente, y que a la mayoría le iría igual de bien si el umbral para las transfusiones se restringía a niveles inferiores a 7 u 8 gramos por decilitro en pacientes hospitalizados estables.

Evaluaron la evidencia médica respecto a cuáles pacientes se benefician más o menos de la sangre, en qué tipo de circunstancias y qué tipo de pacientes, señala el Dr. Jeffrey Carson, presidente del comité de las recomendaciones, la evidencia muestra que se puede usar menos sangre en ciertos ámbitos: en pacientes que están en la unidad de cuidados intensivos, en pacientes que se someten a la mayoría de formas de cirugía, e incluso en pacientes con problemas cardiacos preexistentes.

 Las nuevas directrices aparecen en la revista Annals of Internal Medicine.

Actualmente, la transfusión de glóbulos rojos puede volverse necesaria cuando los niveles de hemoglobina (que transporta el oxígeno y es el ingrediente principal de los glóbulos rojos) caen por debajo de los niveles óptimos de 12 a 14 gramos por decilitro. Esto puede suceder, como resultado de la pérdida de sangre en una cirugía.

El problema es la necesidad de equilibrar los beneficios y riesgos potenciales de las transfusiones. La asociación comentó que aunque las transfusiones pueden prolongar la vida de un paciente, aumentar la movilidad y reducir las estadías hospitalarias, continua presentando un riesgo relativamente bajo pero presente de infección, de sobrecargar al paciente de sangre, de reacciones alérgicas y de lesiones pulmonares.

El equipo comparó los casos de transfusiones de glóbulos rojos, los umbrales de hemoglobina seguidos, y la cantidad de sangre usada en esas transfusiones con una variedad de problemas médicos relacionados, como ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, infección, hemorragias, confusión mental, tiempo de recuperación y estadía hospitalaria.

El resultado: a los pacientes que se sometieron a transfusiones a niveles más altos de hemoglobina (de 9 o 10 gramos por decilitro) no les fue mejor que a aquellos que se sometieron a transfusiones a niveles más restrictivos de 7 u 8.

Las decisiones sobre la transfusión deben tomar en cuenta las características individuales del paciente, que incluyen la edad y la presencia de [enfermedad de la arteria coronaria] para calcular las probabilidades específicas de un paciente de beneficiarse de la transfusión.

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