El humo de los fuegos artificiales perjudica la salud

Las partículas metálicas del humo que emiten los fuegos artificiales representan un riesgo para la salud, sobre todo para personas asmáticas.

La investigación toxicológica ha demostrado que muchas de las partículas metalíferas que lleva el humo de los fuegos artificiales son bio-reactivas y pueden afectar la salud

Los diferentes colores y efectos de estas exhibiciones se consiguen gracias a la adición de metales en la pólvora. Cuando se produce el espectáculo pirotécnico se origina mucho humo y se liberan diminutas partículas metalíferas (de un tamaño de varias micras o menos), lo bastante pequeñas como para ser inhaladas profundamente en el pulmón.

Esto representa un riesgo para la salud, y probablemente los efectos son más agudos en personas con antecedentes de asma o problemas cardiovasculares.

En individuos sanos todavía se desconocen las consecuencias, pero el sentido común nos dice que nunca es bueno inhalar las altas dosis de partículas metalíferas de este humo, aunque solo suceda en pocas ocasiones a lo largo del año.

La gente que vive en las ciudades inhala cantidades importantes de partículas contaminantes por las emisiones del tráfico, las chimeneas o los cigarrillos, y el humo denso de los fuegos artificiales empeora las cosas.

Según los científicos, a menos que se prohíban los fuegos artificiales, los espectadores deben colocarse en un lugar no afectado por la llegada de las emisiones y prestar atención a la dirección del viento. Además es aconsejable que las exhibiciones se sitúen de tal forma que el penacho de humo se aleje de las zonas densamente pobladas.

Un problema añadido son las mezclas químicas de los distintos fuegos artificiales, ya que algunos contienen metales muy tóxicos, como el plomo. Debería haber controles estrictos en la importación de los fuegos artificiales para evitar aquellos con la composición química potencialmente más peligrosa.


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