El aumento de lunares en niños puede predecir melanoma

Las exposiciones prolongadas al sol aumentan en un 5 % la presencia de lunares, que son el factor más peligroso de cáncer en niños menores de siete años

El melanoma se está convirtiendo, cada vez más, en un importante problema de salud pública, ya que las tasas de incidencia han aumentado de manera considerable. Según un estudio realizado en el Hospital Clínic de Barcelona, la infancia es el momento más importante de la vida para la formación y evolución de los nevus (lunares). La presencia de un mayor número de nevus en edades tempranas podría predecir un riesgo más elevado de desarrollar melanoma. Del estudio se desprende que los niños que habían sufrido quemaduras solares tenían con mucha más frecuencia más de 50 nevus, a diferencia de los que no se habían quemado.

Actualmente, el melanoma es el tipo de cáncer cutáneo más grave que existe, a diferencia de los cánceres de células basales o escamosas, que son los más frecuentes. Si bien el melanoma tiene un menor grado de incidencia que otros tipos de cáncer de piel, presenta el mayor índice de mortalidad y es el responsable del 75% de las muertes por cáncer de piel.

Se ha evaluado que los niños reciben tres veces más radiaciones UVB que los adultos, y se estima que la exposición recibida durante la infancia es alrededor del 50% de la exposición recibida a lo largo de toda la vida; es por ello que se deben mejorar los hábitos solares, ya que los daños se acumulan de forma progresiva en la piel y ésta recuerda quemaduras, sobre todo las recibidas en la infancia. Según la Fundación del Cáncer de Piel la utilización de un fotoprotector durante los primeros 18 años de vida disminuye un 78% la probabilidad de desarrollar cáncer de piel en el futuro.


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