Control del ruido con sistemas de alta tecnología

Los entornos con más de 65 decibeles se consideran inaceptables

El restaurante Comal en España, cuenta con un sistema de última generación que permite regular el ruido en su interior, uno de los comentarios más comunes en un restaurante es hace tanto ruido que no se puede ni hablar o, al contrario, en este lugar no hay nada de ambiente, cuando entras y el silencio es tal que puede escucharse hasta el vuelo de una mosca.

Es por ello que, preocupados en extremo por la calidad acústica de su local de comida mexicana, los dueños de un restaurante inaugurado en Berkeley, EUA, decidieron instalar un sistema de alta tecnología que permite a su personal bajar o subir la intensidad del ruido en el ambiente a voluntad.

Este tipo de sistemas se viene instalando en auditorios y salas de concierto, pero esta es la primera vez que se incorpora al mundo de los restaurantes.

La acústica de un restaurante es algo que se tiene muy en cuenta a la hora de diseñar este tipo de locales, ya sea mediante la elección de materiales aislantes del ruido o manipulando la forma de una sala usando paneles, algo muy distinto es instalar un sistema que dé al usuario la sensación de estar en una especie de cápsula que facilite la conversación sin renunciar a un ambiente distendido a su alrededor.

Para ello, en el restaurante Comal se instalaron 123 altavoces, bafles y micrófonos, que actúan como una auténtica máquina de regurgitar sonido, controlados de forma centralizada con un iPad.

El sistema, conocido como Constellation, fue desarrollado por la empresa Meyer Sound y lo que hace es crear un entorno donde se pueda controlar la reverberación del sonido.

Esto es posible gracias a la combinación de una serie de algoritmos informáticos con procesadores digitales avanzados y tecnología de transducción que facilitan la creación de un ambiente acústico flexible.

En el caso de un restaurante, permite regular un nivel de reverberación elevado (o brillante, como se dice técnicamente) en la zona del bar, manteniéndolo bajo (seco) en la sala de comidas.

Con ese fin hicieron uso de todo tipo de materiales, desde fibra de vidrio madera, tela de jeans incluso pinturas con una doble funcionalidad: estética y acústica.

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