Cómo respirar cuando hacemos ejercicio

La respiración diafragmática es la que consiste en tomar aire sin levantar los hombros y llevarlo a la parte inferior de los pulmones

Con el ejercicio se demandan mayores cantidades de oxigeno, aumenta la frecuencia respiratoria y se ponen en marcha los músculos respiratorios.

En la respiración durante el ejercicio, el diafragma es el protagonista junto con los músculos intercostales para expandir la caja torácica a nivel de las últimas costillas ya que tienen mayor movilidad y permiten el ingreso de una mayor cantidad de aire. Durante la inspiración, debemos contraer el transverso del abdomen para aumentar la presión abdominal, después, contraemos el diafragma que se aplana y desciende, expandiendo la caja torácica en su zona mas baja y el pecho se proyectará hacia arriba y hacia delante. El aire entra muy rápido en los pulmones para llenar el vacío resultante. Al relajar los músculos diafragma e intercostales, el diafragma vuelve a su posición original curvándose hacia arriba, las últimas costillas se cierran y el aire se expulsa. Este tipo de respiración permite mantener contraídos en todo momento a los músculos abdominales, sobretodo al transverso, lo que supone una gran ventaja mecánica y de protección durante acciones motrices donde se necesite transmitir fuerza a través de la columna vertebral o mantener una estabilidad del tronco.

¿Inspirar por la nariz o por la boca?

Cuando el ejercicio es de baja intensidad, lo ideal es inspirar por la nariz, sin embargo a medida que aumenta la intensidad resulta necesario introducir aire por la boca, entra mucho más aire y resulta menos difícil, pero siempre que podamos, lo más adecuado es introducir el aire por la nariz ya que así el aire se calienta y humedece, además de filtrar el  el polvo, el polen y otras partículas extrañas, lo que reduce la irritación y el riesgo de infecciones.

Adaptaciones al ejercicio:

Durante el ejercicio se produce un aumento de la ventilación, los pulmones se expanden al máximo y con una frecuencia también mayor. La ventilación puede aumentar desde los 5 l/min. en reposo hasta 200 l/min. en ejercicio máximo, representando un aumento de 35 veces su valor. A largo plazo se producen cambios, como un aumento de la superficie respiratoria, ampliación de la red capilar pulmonar y una mayor capacidad de difusión alveolo-capilar. Como resultado la capacidad vital puede aumentar hasta 2 litros.

Durante el buceo, la presión aumenta de forma significativa afectando al sistema respiratorio. El organismo necesita de un tiempo para equilibrar esas presiones. Por esta razón son necesarias las paradas durante el ascenso. Si se asciende de forma rápida el aire se expande y con una presión excesiva los alvéolos pueden romperse y provocar un neumotórax.

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