Arma de electrochoques usados por la policía

El taser ha recibido fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, que han dictaminado que su uso puede constituir una forma de tortura

Un arma de electrochoque o pistola eléctrica es un arma diseñada para incapacitar a una persona o animal mediante descargas eléctricas que imitan las señales nerviosas y confunde a los músculos motores, principalmente brazos y piernas, inmovilizando a su objetivo de manera  temporal.

Una de las más conocidas es el taser, que dispara agujas que administran una descarga eléctrica a través de un cable. Otras armas de electrochoque administran las descargas mediante contacto directo, como la llamado porra eléctrica o bastón eléctrico.

Su uso está autorizado generalmente en niveles de amenaza muy inferiores al que requiere el uso de armas de fuego, apareciendo en ocasiones en el nivel inmediatamente superior a las órdenes verbales.

El taser ha recibido fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos así como por la Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura, que ha dictaminado que el uso de armas taser constituye una forma de tortura.

Entre 2001-2007, 269 personas murieron después de  recibir descargas por armas taser por parte de la policía, en 39 de las autopsias se determinó el taser como posible causa. En algunos casos, las muertes han sido atribuidas a la restricción física y estrés durante el arresto, al fenómeno llamado Sudden Death Following Restraint (muerte súbita por la retención).
Al margen de su letalidad, el uso del taser produce un fuerte dolor en la persona objetivo sin dejar grandes marcas, por lo que la policía puede emplearla como arma de tortura encubierta:
El uso de pistolas de eléctricas de electrochoque, pueden infligir dolor físico equivalente a un calambre a nivel de todo el cuerpo con sólo pulsar un botón y sin dejar huellas  importantes.
Las armas taser han sido empleadas contra personas enfermas bajo los efectos de ataques, a causa de los cuales no podían responder a las órdenes de la policía, así como contra ancianos con demencia y niños.
Un estudio de la Canadian Broadcasting Corporation demostró que al menos un 10% de las armas taser usaban más potencia de la que debían.
El Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura ha sostenido que el uso de estas armas causa severo dolor que constituye una forma de tortura y ha recomendado a los estados miembros que consideren abandonar el uso de armas eléctricas taser.
El Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial ha sostenido que las armas de tipo táser han sido burdamente mal usadas», y empleadas desproporcionadamente contra población negra y latina .
En un período de 6 años solamente en EUA, 150 personas murieron bajo custodia policial después de que se usaran tasers contra ellas.

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